Cancer de Cervix

En este espacio encontraras informacion sobre causas, prevencion y tratamiento del cancer de cervix


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¿QUÉ ES EL CÁNCER DE CUELLO UTERINO?

Los cánceres cervicales comienzan en las células de la superficie del cuello uterino. Existen dos tipos de células en dicha superficie: escamosas y columnares. La mayoría de los cánceres de cuello uterino provienen de las células escamosas. El cuello uterino es la parte inferior del útero que se abre dentro de la vagina .

Los dos tipos principales de células que cubren el Cuello del útero son las células escamosas (en la exocérvix) y las células glandulares (en la endocérvix). Estos dos tipos de células se encuentran en un lugar llamado zona de transformación. La mayoría de los cánceres de cuello uterino se originan en la zona de transformación.

 

El desarrollo del cáncer cervical generalmente es muy lento y comienza como una afección precancerosa llamada displasia. Esta afección se puede detectar por medio de una citología vaginal y es 100% tratable. Pueden pasar años para que los cambios se conviertan en cáncer cervical.

medline plus. (2013). cáncer cervical. 29 julio 2014, de medline plus Sitio web: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000893.htm

cuello uterino


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ESTADÍSTICA DEL CÁNCER DEL CUELLO UTERINO

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Estadísticamente es el segundo cáncer más frecuente en el mundo con 500.000 casos nuevos en el año y 274.000 muertes anuales, precedido por el cáncer de seno en la población femenina.

En Colombia, según estadísticas del Instituto Nacional de Cancerología (INC), se ubica como primer lugar en incidencia y mortalidad en las mujeres.

Según esta misma fuente, se observa que el mayor problema no está en la cobertura, puesto que aproximadamente un 78% de las mujeres colombianas se la han hecho la citología en el último año; la problemática está en la falta de una atención oportuna y equitativa a quienes requieren tratamientos y en el desconocimiento de los derechos sobre Seguridad Social.


http://www.usergioarboleda.edu.co/altus/articulo-panorama-general-del-cancer-en-Colombia.htm
http://ligacancercolombia.org/index.php/comunidad-mainmenu-71/material-consulta-mainmenu-69/cancer-cico-mainmenu-83


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¿CÓMO SE PREVIENE EL CÁNCER DE CUELLO UTERINO?

Dado que la infección con el virus del papiloma humano (VPH) es el factor de riesgo más importante para el cáncer de cuello uterino y lesiones precancerosas, es importante evitar la infección del VPH genital. Esto puede significar postergar las relaciones sexuales, lo que limita el número de parejas sexuales y evitar una pareja sexual que ha tenido varios compañeros. Los condones son importantes para prevenir la propagación de enfermedades de transmisión sexual, pero no pueden dar una protección completa contra el VPH ya que puede haber contacto de piel a piel de las áreas expuestas que pueden transmitir el virus.

Dos vacunas, Gardasil y Cervarix, han sido aprobados para su uso en niñas y mujeres jóvenes para ayudar a prevenir el cáncer de cuello uterino. Gardasil inmuniza contra ciertas cepas de VPH que causan el 70% de los cánceres de cuello uterino y el 90% de los casos de verrugas genitales y  es eficaz durante al menos cinco años. Cervarix es eficaz contra las dos cepas principales de virus de VPH que causan cáncer de cuello uterino y que dura más de seis años. Gardasil también ha sido aprobado para uso en niños y hombres jóvenes.

Otro factor importante es el dejar de fumar, mantener una dieta rica en frutas y verduras y evitar la obesidad.

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  • República de Colombia ministerio de salud dirección general de promoción y prevención norma técnica para la detección temprana del cáncer de cuello uterino y guía de atención de lesiones preneoplásicas de cuello uterino


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¿CÓMO SE DIVIDE EL CÁNCER DE CUELLO UTERINO?

Su clasificación depende del lugar de origen en el cérvix. Fundamentalmente hay dos tipos de cáncer: el Carcinoma epidermoide, derivado de exocérvix y del fondo de la vagina y el adenocarcinoma. Este último procede de las células del interior del cuello del útero (canal cervical).  El 80% a 90% son del tipo epidermoide o escamoso.

fases o etapas del tumor

Estas células no se tornan en cáncer de repente, sino que las células normales del cuello uterino primero se transforman gradualmente con cambios precancerosos, los cuales se convierten en cáncer si no se tratan a tiempo.

se ahí la importancia de ser diagnosticado tempranamente para evitar su progresión.

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En la mayoría de las mujeres, las células precancerosas desaparecerán sin tratamiento alguno. Para poder determinar el tratamiento más adecuado para el cáncer de cuello de útero, es importante clasificar el tumor, es decir, determinar en qué fase se encuentra.

Estadio 0: denominado carcinoma in situ o carcinoma preinvasivo. El tumor es muy superficial y se limita a las células de la mucosa.

Estadio I: el tumor está limitado al cuello del útero.

Estadio II: el tumor se ha diseminado fuera del cérvix. Invade la vagina sin llegar al tercio Inferior y/o a los ligamentos laterales (parámetros) sin llegar a la pared de la pelvis.

Estadio III: el tumor invade la parte más baja de la vagina, afecta a ganglios linfáticos próximos o alcanza los tejidos laterales del cérvix hasta alcanzar la pared de la pelvis.

Estadio IV: el cáncer se ha extendido a órganos próximos o presenta metástasis.

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  • Prof. Jan Bernheim (Fundación Contra el Cáncer) y revisado por el Dr. Gauthier Bouche (Fundación Contra el Cáncer), la Dra. Svetlana Jezdic (ESMO. Cáncer de cuello uterino: una guía para pacientes. Información para la paciente basada en la guía clínica de la esmo. Fundacion contra el cancer.

 

 


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¿CUÁLES SON LOS FACTORES DE RIESGO?

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Un factor de riesgo para un cáncer es cualquier agente que incrementa el riesgo de padecer Dicho tumor, es decir, la persona expuesta a este factor posee más probabilidades de Desarrollar la lesión maligna. Es importante destacar que no toda persona expuesta a un factor De riesgo desarrollará un cáncer.

El principal factor de riesgo para que se desarrolle cáncer cervical es una infección de Transmisión sexual causado por el virus del papiloma humano.

 

Infección por el virus papiloma humano (VPH):

HPV son las siglas en inglés de virus del papiloma humano. Es un grupo de virus de más de 100 tipos. Solo 30 o 40 de estos pueden infectar el área anogenital. Los virus de papiloma humano se dividen en dos grandes grupos dependiendo del riesgo que tienen de provocar lesiones cancerígenas: alto y bajo riesgo.

VPH de Bajo Riesgo: se les llama a aquellos cuyo riesgo de provocar cáncer es bajo y son el VPH 6, 11, 40, 42, 53, 54 y 57. Los VPH que provocan verrugas genitales, también llamado condiloma. Estos cambios no conducen al cáncer. No son perjudiciales y desaparecen con el tiempo.

VPH de Alto Riesgo: son los que se encuentran con mayor frecuencia asociados en los casos de cáncer de cuello uterino e incluyen el VPH 16, 18, 31, 35, 39, 45, 51, 52, 56 y 58. De estos tipos el VPH 16 y el 18 se encuentran con más frecuencia vinculados al cáncer cervicouterino. La infección por este tipo de virus puede provocar cambios celulares. Con el tiempo, estos cambios celulares pueden conducir al cáncer, si no son tratados.

Estos virus se transmiten de persona a persona durante las relaciones sexuales.

Es importante resaltar que la mayoría de las mujeres con infección por VPH no desarrollarán un Cáncer de cérvix. Generalmente la infección desaparece sin ningún tratamiento, gracias a que el sistema inmune de la mujer ha sido capaz de destruir los virus.

 

Factores sexuales

La precocidad en el inicio de las relaciones sexuales y la promiscuidad sexual aumenta el riesgo de cáncer de cérvix. Probablemente, en relación con la mayor frecuencia de infecciones.

 

Inmunosupresión

Virus de la inmunodeficiencia humana (SIDA): las mujeres infectadas por este virus son más Propensas a desarrollar un cáncer de cérvix, ya que al tener su sistema inmune débil o dañado, no son capaces de destruir el virus papiloma humano.

Otro grupo de mujeres en riesgo de cáncer de cuello uterino son aquéllas que reciben medicamentos para suprimir sus respuestas inmunes, como aquellas mujeres que reciben tratamiento para una  enfermedad autoinmune o aquéllas que han tenido un trasplante de órgano.

 

Otras enfermedades de transmisión sexual

Parece que la infección por el virus del herpes Genital puede incrementar el riesgo de este cáncer.

Infección con clamidia: algunos estudios han Indicado que las mujeres cuyos resultados de análisis de sangre muestran evidencia de una infección pasada o actual con clamidia tienen mayor riesgo de cáncer de cuello uterino que las mujeres con un análisis de sangre normal.

 

Tabaquismo

Las mujeres fumadoras poseen dos veces más riesgo de desarrollar cáncer de cérvix que las no fumadoras. Estas sustancias dañinas son absorbidas a través de los pulmones y conducidas al torrente sanguíneo por todo el cuerpo y producen cambios celulares que llevan a cáncer.

 

Alimentación

Las mujeres con una alimentación que no incluya suficientes frutas, ensaladas y verduras pueden tener un mayor riesgo de cáncer de cuello uterino. Las mujeres que tienen Sobrepeso tienen una mayor probabilidad de padecer adenocarcinoma del cuello uterino.

 

Uso de un dispositivo intrauterino

Un estudio reciente encontró que las mujeres que en algún momento han usado un dispositivo intrauterino tenían un menor riesgo de cáncer de cuello uterino. El efecto en el riesgo se observó incluso en mujeres que tuvieron un dispositivo intrauterino por menos de un año, y el efecto protector permaneció después que los dispositivos fueron retirados. El uso de un dispositivo intrauterino también podría reducir el riesgo de cáncer de Endometrio (uterino).

 

Muchos embarazos a término (completo)

Las mujeres que han tenido tres o más embarazos a término tienen un riesgo aumentado de padecer cáncer de cuello uterino. Nadie sabe realmente la razón de esto. Una teoría consiste en que estas mujeres pudieron haber tenido relaciones sexuales (coito) sin protección para quedar embarazadas, por lo que  pudieron haber estado más expuestas al VPH.

 

La pobreza

Es también un factor de riesgo para el cáncer de cuello uterino. Muchas personas con bajos ingresos no tienen acceso fácil a servicios adecuados de atención a la salud, incluyendo las pruebas de Papanicolaou. Esto significa que es posible que no se hagan las pruebas de detección ni reciban tratamiento para precánceres de cuello uterino.

 

Antecedentes familiares de cáncer de cuello uterino

El cáncer de cuello uterino puede presentarse con mayor frecuencia en algunas familias. Si su madre o hermana tuvieron cáncer de cuello uterino, sus probabilidades de padecer esta enfermedad aumentan de dos a tres veces en comparación a si nadie en la familia lo hubiera padecido. Algunos investigadores sospechan que algunos casos de esta tendencia familiar son causados por una condición hereditaria que hace que algunas mujeres sean menos capaces de luchar contra la infección con VPH que otras.



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¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?

Las lesiones precancerosas del cérvix así como las fases más tempranas del cáncer, generalmente, no causan ningún síntoma. Sólo se detectan si la mujer acude regularmente a su ginecólogo y se realiza la citología.

Cuando el tumor está más avanzado, los síntomas que con mayor frecuencia aparecen son los siguientes:

  • Hemorragia vaginal anormal: esta hemorragia aparece en periodos diferentes a la menstruación o tras las relaciones sexuales. En mujeres menopausicas cualquier sangrado vaginal debe ser consultado con el ginecólogo.
  • El dolor o las molestias durante las relaciones sexuales indican la existencia de problemas que deben ser consultados.
  • Flujos vaginales de mal olor que no mejoran con varios esquemas de tratamientos.

Estos síntomas también pueden ser debidos a enfermedades benignas. Sin embargo si usted aprecia cualquiera de ellos es importante que acuda al médico para el diagnóstico y tratamiento de su causa.

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  • Prof. Jan Bernheim (Fundación Contra el Cáncer) y revisado por el Dr. Gauthier Bouche (Fundación Contra el Cáncer), la Dra. Svetlana Jezdic (ESMO. Cáncer de cuello uterino: una guía para pacientes. Información para la paciente basada en la guía clínica de la esmo. Fundacion contra el cancer.


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¿CÓMO SE DETECTA?

Las revisiones ginecológicas habituales y la realización regular de la citología, permite el diagnóstico de las lesiones premalignas, de tal forma, que su tratamiento evita que estas evolucionen a lesiones invasivas.

La exploración ginecológica: Es realizada por un médico ginecólogo, no es una exploración dolorosa, aunque en algunas ocasiones pueda resultar molesta. En este examen el ginecólogo valora la existencia o no de nódulos u otras lesiones en la vagina, el cuello del útero y el cuerpo del útero.

La citología cérvicovaginal o test de Papanicolau: sigue siendo la prueba más adecuada y empleada para el diagnóstico de lesiones precursoras de cáncer de cuello uterino, frente a otras pruebas disponibles en la actualidad.

Es un examen sencillo que no duele ni produce daños. Para obtener una muestra el médico o enfermera utiliza un aparato llamado espéculo, que se coloca dentro de la vagina, para separar sus paredes y visualizar el cuello del útero.

Se usa una espátula De madera (similar a un bajalenguas) y un cepillo pequeño para recoger una muestra de células del cuello del útero y de la parte superior de la vagina. Las células se colocan en un portaobjetos de vidrio que se envía al Laboratorio para su análisis.

Para evitar el mayor número posible de errores es importante que la mujer siga una serie de recomendaciones antes de acudir a realizarse esta prueba:

  • Evitar las relaciones sexuales en las 48 horas previas a la realización del mismo.
  • Evitar lavados vaginales en las 48 horas previas.
  • No utilizar espermicida u otras cremas vaginales 48 horas antes del test.
  • NO estar con el periodo menstrual

Se recomienda la realización de la citología en mujeres que sean o hayan sido sexualmente activas, las que hayan sido sometidas a histerectomía y con edades comprendidas entre 25 y 69 años. El límite de edad superior dependerá de si las dos últimas citologías son normales.

Se deberá realizar la citología cumpliendo el esquema nacional de tamizaje 1-1-3 (al año, al siguiente año y a los 3 años si son normales).

Los posibles resultados de la citología:

  • Negativo para lesión intraepitelial o malignidad. No se observan signos de lesiones precursoras o de cáncer.
  • Hay otros hallazgos en los cuales, no hay anormalidades, sino inflamación que solo requiere un control de citología cada 6 meses.
  • Células epiteliales anormales: que pueden ser en células escamosas o glandulares, donde seria necesario realizar un examen llamado colposcopia.
  • Lesión intraepitelial escamosa: hace referencia a las lesiones premalignas. Se dividen en lesiones de bajo grado y de alto grado. Estas últimas poseen más riesgo de evolucionar Hacia un cáncer si no se tratan.

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Colposcopia: esta prueba consiste en la visualización del cuello del útero, durante la exploración, a través de un aparato denominado colposcopio. Este es similar a un pequeño microscopio con una luz potente, que permite visualizar la vagina y el cuello del útero, para la localización de la zona alterada.

Se deben seguir las mismas recomendaciones que en la citología antes del examen.

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Biopsia: se localiza la zona afectada a través de un colposcopio y posteriormente se toma una muestra de dicha zona para ser analizada al microscopio. La biopsia permite realizar el diagnóstico definitivo de la lesión. Puede tratarse de una enfermedad benigna, de una alteración premaligna o de un cáncer preinvasivo o de un cáncer invasivo.

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Una vez que se ha diagnosticado el cáncer de cérvix, es preciso determinar la extensión tanto local como a distancia de la enfermedad (metástasis), que facilite al médico la decisión del tratamiento más adecuado para su caso.

Para ello, el ginecólogo determinará qué pruebas son necesarias para completar el estudio:

Radiografía de tórax: permite al médico valorar el estado de los pulmones y descartar o no la existencia de nódulos o metástasis.

Urografía intravenosa: la urografía intravenosa permite visualizar los riñones, la vejiga y los uréteres (tubos que conectan ambas estructuras). Como el cérvix está Situado detrás de la vejiga, esta prueba permite valorar la afectación de la misma en los casos en los que el tumor haya crecido y afectado la vejiga.

Cistoscopia: consiste en la visualización del interior de la vejiga a través de un tubo muy fino, que posee una luz en su extremo. Para su realización se requiere anestesia general. Con esta prueba se puede determinar la afectación de la vejiga por el tumor del cérvix.

Rectoscopia: consiste en la observación del recto a través de un endoscopio, que es un tubo largo y flexible, que en su extremo posee una luz que ilumina el interior del recto. Al endoscopio se conecta una cámara que permite visualizar en un monitor de televisión, si el cáncer de cérvix afecta al recto.

Escáner o TC (Tomografía computerizada): el escáner es un aparato de rayos X que realiza radiografías del paciente desde varios ángulos. En las que se visualizan de forma muy precisa todos los órganos. Esta prueba, resulta muy útil para conocer la extensión del tumor a órganos vecinos y la afectación o no de los ganglios linfáticos. Además, el escáner permite conocer la extensión a órganos más alejados como pueden ser el pulmón o el hígado.

Resonancia magnética nuclear o RMN: es una prueba muy similar al escáner, pero no se emplean Rayos X, sino campos magnéticos. Es eficaz en el estudio de tumores del cérvix y de lesiones cerebrales metastásicas.



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TRATAMIENTO

El tratamiento de las lesiones premalignas dependerá, fundamentalmente, de la persistencia de las mismas en los resultados de los exámenes y del grado (bajo o alto) de la misma. El tratamiento es conservador y su objetivo es destruir únicamente la zona donde está situada la Lesión.

Para ello se puede emplear cirugía, láser o criocoagulación (destrucción del tejido por Frío).

Una vez que se ha confirmado el diagnóstico de cáncer de cérvix o cuello de útero y se han realizado las pruebas necesarias para conocer en qué fase está la enfermedad, se debe determinar cuál es el tratamiento más adecuado para curarla. Este tratamiento depende de:

 Edad de la paciente

 Fase en la que se encuentra la enfermedad

 Deseos de la paciente

Los tratamientos más frecuentemente empleados en el cáncer de cérvix son: la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia.

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LA CIRUGÍA

La técnica más frecuentemente empleada es la extirpación de todo el útero, junto con los tejidos próximos, parte de la vagina y ganglios. En ocasiones, si el tumor está más avanzado, se extirpan los ovarios. A este tipo de intervención se le denomina Histerectomía.

En el caso de mujeres jóvenes, con carcinoma in situ o con lesiones tumorales en el estadio más precoz y con deseos de tener hijos, puede conservarse el útero realizando extirpaciones pequeñas que incluyan solo el cuello uterino llamado: conización.

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QUIMIOTERAPIA

La quimioterapia es una de las modalidades terapéuticas más empleada en el tratamiento del Cáncer. Su objetivo es destruir, empleando una gran variedad de fármacos, las células que componen el tumor con el fin de lograr la reducción o desaparición de la enfermedad. esta técnica aunque muy buena y efectiva, trae una serie de síntomas asociados, indeseables, como caída de cabello, vomito, entre otros, por eso la importancia de tratar estos síntomas para evitar abandono del tratamiento.

RADIOTERAPIA

La radioterapia es el empleo de radiaciones ionizantes para el tratamiento, local o regional, de determinados tumores que emplea rayos X con altas dosis de irradiación. Su objetivo es destruir las células tumorales causando el menor daño posible a los tejidos sanos que rodean dicho tumor. En los tumores de cérvix la radioterapia es un tratamiento curativo con los mismos resultados que la cirugía.

La radioterapia se puede emplear como tratamiento único o tras la cirugía si existen posibilidades de que reaparezca el tumor en la zona donde estaba situado el mismo. Su objetivo En este caso, es destruir las células tumorales que hayan podido quedar tras la cirugía.



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SEGUIMIENTO

Una vez la paciente ha sido tratada para cáncer de cérvix, es necesario continuar sus controles.

Al inicio serán mensuales, posteriormente semestrales, luego anuales y por ultimo cada quinquenio.

En estos controles se realizaran citologías (así ya no tenga útero), radiografías de tórax o tomografías abdominopélvicas, para descartar presencia de nuevo cáncer (recidiva) o metástasis.

Igualmente manteniendo siempre estilos de vida saludables con ejercicio y dieta rica en frutas, verduras y fibra.


https://www.aecc.es/SOBREELCANCER/CANCERPORLOCALIZACION/CANCERDECERVIX/Paginas/Seguimientoyrevisiones.aspx